MEDUSA

Mitología clásica

A la superviviente de los San Fermines le prohibieron volver a sonreír, socializar. Se preguntaba Arcadi Espada si habría vídeos de su vida sexual. Cuestionaban su dolor por haber seguido viviendo. Difundieron su dirección, su cara, su nombre completo.
La chica de Iveco tuvo que soportar que difundiesen su intimidad y, cuando se suicidó para acabar con su dolor, cuestionaron que estuviese relacionado. A una mujer víctima de violación una jueza le preguntó si había cerrado suficientemente fuerte las piernas y un juez dejó en libertad al violador de una niña porque usó preservativo. De Rocío Carrasco dudan que haya luchado lo suficiente como madre, pero a Juana Rivas la condenan a prisión.

Hemos separado la tierra, la hemos recorrido, hemos derruido la Torre de Babel, hemos inventado las más fascinantes máquinas y hemos explorado el espacio. Hemos curado enfermedades, extinguido pandemias, aumentamos la esperanza de vida. Muchas cosas han cambiado en estos milenios. Pero a las mujeres nos siguen violando, acosando, vejando, agrediendo. Asesinando. Y, entonces, nada ha cambiado. Nada.

Medusa fue violada, castigada y asesinada por ser mujer.
Por nada más que eso. Por ser.

Porque la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. El violador eres tú.

Marta Zeraus
Fotografía social 

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