Vincent y Lucía no hablaban el mismo idioma. Pero no hizo falta, porque hay cosas que se dicen con los ojos, con las manos y con la sonrisa.
Confiaron en mí para inmortalizar estos momentos en una mañana de enero y años más tarde para su boda civil.
Cosas maravillosas de este trabajo es capturar parte de vuestra historia.